Sobre mí

Soy Nicolas Piñeros, y en el año 2016 decidí quitarme la corbata y dedicarme a cocinar.

Pasaron varios años antes de darme cuenta que mi pasión era cocinar, entré a la universidad en donde hice estudios en ciencias jurídicas para convertirme en un abogado orgullosamente titulado. 

En el año 2016 decidí presentarme extemporáneamente en la escuela de cocina y, a principios de 2017, entrando a noveno semestre de derecho, tercero de cocina y con un negocio gastronómico, me di cuenta que me hacía falta algo: El boleo.

Creo que pocos somos los que podemos decir que nos encanta la presión bajo calor, gritos y frustración. Ese es el glorioso boleo, por el que los cocineros dejamos la vida 14 horas diarias  para buscar la perfección y para consentir a nuestros comensales.

En mi búsqueda por conocer el boleo, un amigo cocinero me dijo algo que nunca se me olvidará: "si uno quiere ser buen cocinero, debe buscar a los mejores para que le enseñen". Como si fuera un imán del destino, logré una entrevista con
Jorge Rausch. El primer día de trabajo con ellos, me juré una cosa: me iba a convertir en socio de los Rausch en un restaurante, no importaba lo que tuviera que hacer.

Desde ese momento inició un episodio de mi vida lleno de felicidad y realización, tuve la oportunidad de debutar en Televisión Internacional con Jorge y Mark Rausch, trabajando de sol a sol en todos sus restaurantes. Posteriormente, al tener éxito en el programa, y competir frente a personas que tenían mucha más experiencia que yo, entré a trabajar formalmente en el grupo Hermanos Rausch como auxiliar de cocina. 

Para ese momento, ya había culminado mis estudios de cocina y derecho, mi corta pero sustanciosa experiencia en restaurantes me dió insumos para trabajar mi tesis legal: el derecho gastronómico, donde analicé si las recetas de cocina son patentables, y otras figuras de propiedad industrial aplicables a la comida y el negocio gastronómico. 

En febrero 19 de 2020, fue el día más feliz de mi vida porque oficializamos la apertura de nuestro establecimiento, La Soberana Tienda de Barrio en sociedad con mis mentores, Jorge Rausch y Mark Rausch. Nadie se imaginaba que a las tres semanas iba a llegar una pandemia arrolladora que iba a acabar con nuestros sueños. No es necesario describir la zozobra y pánico que tuvimos, pero algo que nos dejó el Covid fue resiliencia. 

Reabrimos en noviembre de 2020, nuevamente nuestro negocio, bajo un nuevo nombre más potente, más misterioso, Coquetería Capital. Fueron los años donde más he sido feliz, dejando todo mi ser en este, mi sueño. Tuvimos la oportunidad de ser nombrados como uno de los mejores restaurantes de la ciudad al participar en Bogotaeats A Cielo Abierto.

Coquetería Capital, me enseñó mucho, a ser y vivir el restaurante, a ser el que más madrugaba y más trasnochaba, a conocer el negocio de restaurantes, bares y discotecas, en uno solo. Gracias por tanto.